miércoles, 10 de noviembre de 2010

¿No te cansas?

- Qué guapa estás, y qué sencilla... Si no te importa, me gustaría que te quitases todo ese maquillaje que llevas en la cara.

- No. Es que a mí el maquillaje me gusta, y si a ti no te gusta es tu problema, no el mío.

- Es obvio que el maquillaje te gusta, si no, no llevarías tres kilos encima. Y a mí el maquillaje me da exactamente igual. Lo que quiero saber es si eres capaz de tener una conversación normal sin ir pintada como una payasa.

- Es que es como si me pidieras que me desnudara ¿entiendes? Y, como comprenderás, delante tuya no lo voy a hacer.

- Mira chata, yo no tengo ningún interés en verte desnuda, no van por ahí los tiros. Yo no soy como esos babosos que te rodean cada día. Yo lo que quiero saber es por qué una tía que va de tan segura... no una tía, una NIÑA que va de tan segura y tiene esa enorme capacidad de seducción por qué luego no es capaz de mostrarse TAL CUAL ES, con la cara lavada.

- Me cansa y me harta. Porque te piensas que tengo un problema ¿por qué, porque me guste maquillarme? Mira, tú y todo el mundo hemos nacido al lado de personas, de anuncios, de revistas, de vallas publicitarias con modelos que están pintadas, ¿y qué, ellas también tienen un problema?

- No, ellas cobran por eso. A ellas las maquillan, luego les hacen una foto y luego cobran. Tú, hasta el momento, que yo sepa, eres estudiante, una estudiante bastante tonta que se levanta dos horas antes para maquillarse como una puerta, para que todo el mundo le diga lo guapa que está. ¿No te cansas? ¿No te cansas de estar todo el día al servicio de los demás? ¿Te atreverías a salir a la calle sin maquillar?